Ira

Siguiendo con los capítulos de los pecados capitales, esta vez, le toca el turno a la ira, "pecadillo" tan vigente y del cual es fácil meterse, pero difícil de salir, sabes como entras, pero nunca sabes como sales de él.

Soy un poco impulsivo... la verdad que con el tiempo, "un poco mas que impulsivo", y si me levantan la voz, en vez de contar hasta 10 ó 100, alzo aun mas la voz, algo común es cuando conduzco el vehículo, y las "viejas" o los "pajarracos" cruzan los semáforos o pasos de cebra tranquilamente, como burlandose, y yo me pongo de todos los colores acordandome de todos los garabatos que conozco y hasta invento otros tantos; mi gran amigo, Eduardo (dentro de los contactos de este blog), me dió un buen consejo, en vez de lanzar esa ira en contra de las personas, tengo en mi casa muchos vasos baratísimos, y para no herir con mis palabras a los que me rodean, tiro los vasos y botellas de vidrio en contra de una pared y los hago mil pedazos hasta sacarme esa colera que llevo dentro.

Dentro de la virtud, como antagónica de la ira es la paciencia, y francamente es algo de lo cual carezco, soy impaciente por naturaleza y quiero que todo salga ahora mismo, vale decir, todo lo que hago, debería haber estado listo hace 5 minutos.

Es difícil en mi caso controlar la ira, me desgasta, pero por momentos es inevitable que logre sentirla y explotar, es como un volcán a punto de erupcionar, pero en el último tiempo, estoy tratando de controlarme un poco, porque me ha traído mas de algún problema.